3. Evalúa el punto de vista, el razonamiento, el uso de las pruebas y la retórica del orador. 

Desde muy pequeños aprendimos a valorar qué tan creíbles son los demás. Nuestra capacidad para evaluar la verdad en las palabras de los otros se fortaleció un poco más aquel día en el que acusamos a un compañero de escuela de mentir al asegurar que había pasado las vacaciones de verano en la luna o cuando por fin dejamos de llorar en la guardería porque nos dimos cuenta de que mamá y papá sí iban a volver, tal y como lo habían prometido. 

No obstante, para cuando los estudiantes terminen el bachillerato, deben tener un entendimiento mucho más sólido y elocuente de lo que significa evaluar las palabras de otra persona. Por ejemplo, un alumno debe ser capaz de escuchar las declaraciones de un compañero y responder preguntas como las siguientes:

• ¿Quién es esta persona? ¿Tiene alguna experiencia, educación u otras cualidades que indiquen que sabe de lo que está hablando?   
• ¿Qué está tratando de probar?   
• ¿Su razonamiento del punto A al punto B tiene lógica? Si no, ¿dónde pierde el hilo?  
• ¿Qué ejemplos usa para sustentar su idea? ¿Son buenos ejemplos?   
• ¿Hay otros ejemplos que también podrían expresar la misma idea o que la desacreditarían?   
• ¿Qué partes de esta historia me confunden? ¿Qué información necesitaría para aclarar esas partes o decidir si son verdaderas o falsas?   
• ¿Está logrando persuadirme a que coincida con su punto de vista? ¿Me creo lo que dice, ya sea en el sentido literal o figurativo?

Una nota rápida sobre la retórica: La "retórica" es un término pomposo para decir "capacidad de persuasión." Asegúrate de que los estudiantes entiendan la diferencia entre la retórica y el carisma. La retórica es la capacidad de convencimiento de una persona que se debe a que sus argumentos son sólidos; el carisma es la capacidad de convencimiento de una persona que se debe a su magnetismo individual. Si tu compañero de clase te convence de que el cielo es verde porque te proporciona unas pruebas tan sólidas que no puedes discrepar, eso se llama retórica. Si te convence de que el cielo es verde porque tiene una sonrisa tan hermosa y un encanto que lo hacen demasiado fascinante como para dudar de él, lo que tiene es carisma.